La floridana, Maite González, comenzó su infancia en un tatami. Siempre supo que tenía algo que la hacía distinta. Su energía y determinación la convierten en una exponente del karate reconocida a los 12 años.
Antes de sumergirse en el karate, exploró otras artes marciales, pero nada la atrapó como el karate. "Me pareció algo muy wow", dice con una sonrisa que deja entrever su pasión. Fue en ese momento cuando supo que había encontrado su disciplina.
Al principio, la transición no fue fácil. Venía de otro estilo, otro mundo, y sentía que no encajaba del todo. "Pensé que no era buena", confiesa, recordando esos primeros días en el dojo, donde los movimientos se sentían torpes y el ritmo era distinto al que estaba acostumbrada. Con el tiempo, fue encontrando su ritmo, espacio y, sobre todo, su confianza. "Cuando empecé a entender el karate, me di cuenta de que era un universo muy grande", recuerda.
Le encantan los combates. "Me gusta pelear", dice sin rodeos, con la emoción y determinación reflejada en sus ojos. Se inspira en figuras como Valentina Toro, exponentes del karate chileno que la han motivado a entrenar más fuerte. "Verlas competir me hace querer llegar a ese nivel, saber que yo también puedo", cuenta.
Su rutina es exigente: colegio, casa, cambio de ropa y directo a entrenar. Los horarios a veces son justos, pero no hay excusas. "Hay días en que termino muy cansada, pero el karate es lo que me gusta. No me imagino haciendo otra cosa". Maite se encuentra decidida a dedicar su vida a este deporte, y para ello ha tenido un pilar fundamental, que es su familia. Álvaro González, su padre, ha estado presente en cada etapa de su crecimiento deportivo, apoyándola en los entrenamientos, competencias y en los momentos difíciles. "Siempre le he dicho que el esfuerzo y la disciplina la van a llevar lejos", comenta con orgullo. Para él, ver a su hija brillar en el tatami es un reflejo del sacrificio y la dedicación que han construido juntos. "No es fácil combinar el colegio con un entrenamiento tan exigente, pero Maite lo hace con una madurez impresionante", señala.
En su crecimiento, ha contado con el apoyo de la Corporación del Deporte de La Florida, una entidad clave en su desarrollo como atleta. Gracias a este respaldo, ha tenido acceso a recursos y oportunidades para participar en competencias de alto nivel. "Es un gran alivio saber que hay instituciones que creen en ti y en lo que puedes lograr", menciona Maite.